sábado, 22 de mayo de 2010

Guerra Mundial

Ninguna de las potencias europeas quería una guerra mundial, pero todas temían y consideraban a Alemania —nuevamente unificada, superior en población y producción industrial, y muy agresiva— como un rival peligroso. Específicamente, Francia deseaba recuperar Alsacia y Lorena; Gran Bretaña, que basaba su poder en la hegemonía marítima, se sintió amenazada por la expansión colonial alemana y la insistencia de Guillermo II en formar una gran fuerza naval; Austria y Rusia temían la presión dentro de sus imperios tambaleantes. La misma Alemania temía mantener una guerra en dos frentes. Todas estas potencias buscaron la protección en amplios ejércitos permanentes, incluso en tiempo de paz, y en un intrincado sistema de alianzas internacionales.

El delicado equilibrio de poder de Bismarck demostró demasiadas dificultades para ser mantenido por Guillermo II. Al rechazar en 1887 la renovación del Tratado de Reaseguro con Rusia, mantuvo la Triple Alianza (1882) de Alemania, Austria e Italia. Para equilibrar la situación, Rusia acordó una alianza en 1894 con Francia. Gran Bretaña, durante mucho tiempo neutral, clarificó sus diferencias coloniales con Francia en la Entente Cordial (1904) y con Rusia en el Próximo Oriente (1907), lo que dio como resultado la formación de la Triple Entente. De esta forma, Europa se dividió en dos bloques armados.



Los submarinos alemanes
Los submarinos alemanes o U-boats bloquearon las Islas Británicas en febrero de 1915. Causaron numerosos hundimientos de buques aliados y se convirtieron en el terror de los mares. En mayo, un submarino alemán torpedeó el barco de pasajeros británico Lusitania. Se hundió en menos de 20 minutos frente a las costas del sur de Irlanda y murieron 1.198 pasajeros.



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